A nadie se le escapa la importancia del papel que juegan los frenos en lo que se refiere a la seguridad al volante. La distancia de frenado depende directamente de ellos y mantenerlos en buen estado puede ser decisivo a la hora de evitar una colisión.
El rendimiento de los frenos se ve reducido, a lo largo del tiempo, como consecuencia de un progresivo desgaste. Esto se traduce en que cada vez nuestro coche necesite más metros para detenerse por completo cuando frenamos.
Para ayudarte a detectar cuándo unos frenos están en mal estado, los expertos del Taller Autodiésel Valle señalan una serie de síntomas que indican que algo está fallando. Los repasamos a continuación.
Pedal de freno esponjoso
Si notas que el pedal tiene un tacto esponjoso, puede deberse a varios motivos. Uno de ellos puede ser la presencia de aire en el sistema hidráulico. Si ocurriese esto, habría que purgar todo ese aire para así poder recuperar la eficiencia de frenado.
Otra causa habitual de este síntoma es el deterioro del líquido de frenos. En este caso, la solución sería sustituirlo, algo que se recomienda hacer cada dos o cuatro años.
Por último, convendría revisar también el estado de los latiguillos de freno.
Vibraciones y ruidos al frenar
Habitualmente, esto ocurre como consecuencia de unos discos de frenos alabeados. Si tras revisar los frenos se determina que esto es así, habría que sustituir los discos por unos nuevos. Cuando se realiza esta operación, se recomienda sustituir también las pastillas de freno, ya que es probable que se hayan desgastado de manera irregular.
Pedal de freno demasiado duro
Si tienes que pisar el pedal con más fuerza de lo normal porque está demasiado duro, esto también puede deberse a varios motivos:
- Pastillas manchadas por grasa o por el líquido de frenos
- Pastillas de freno cristalizadas
- Problemas con el servofreno
- Líquido de freno deteriorado
- Pistón agarrotado o dañado
Ruido chirriante
Puede ocurrir si se están estrenando las pastillas de freno. Pero si no es el caso, lo más normal es que esto suceda porque las pastillas están excesivamente desgastadas. En este caso será fundamental sustituirlas antes de que los discos de frenos puedan sufrir daños.
Excesivo recorrido del pedal
Es decir, si tienes que pisarlo más de la cuenta, incluso hasta el fondo, para que comience a frenar. Como en varios de los casos anteriores, las causas más frecuentes son el deterioro del líquido de frenos o bien el desgaste de las pastillas.
Un tercer motivo puede ser un fallo debido en el sistema hidráulico, ya sea porque se estén produciendo fugas o por la presencia de aire.